¿Quiénes somos?

Historia

Desde la creación de la primera Academia Zola en 1967, la familia Ibáñez Pinto ha desarrollado su actividad con el objetivo principal de dejar una impronta en la sociedad a través de la educación. La firme creencia en que esta es la vía para conseguir una sociedad en la que los valores humanos y la ética tengan su lugar y su empeño en colaborar en la preparación de generaciones futuras ha hecho crecer a los Colegios Zola.

Esta Academia Zola, situada en Madrid en el barrio de la Ciudad de los Ángeles, daba respuesta a la necesidad de servicios básicos que surgieron en una de las zonas que más creció en la década de los 70, fruto de flujos poblacionales desde el campo a las ciudades.

En 1989 se creó el Colegio Zola Villafranca, situado en la urbanización de Villafranca del Castillo, en Villanueva de la Cañada. Con posterioridad, en el año 1992, se adquirió el colegio Atlanta gestionado por una cooperativa de enseñanza, que se transformó en el Colegio Zola Las Rozas en el curso 2006-2007.

En estos más de 55 años, la misión de los Colegios Zola sigue intacta y su esencia no ha variado en estos años: “Educar personas creativas, críticas y comprometidas capaces de transformar y construir un mundo mejor y más justo y de adaptarse a un entorno global cambiante, en un clima familiar de confianza y respeto”.

En este convencimiento de que podemos ayudar a transformar la sociedad y convertir este mundo en algo mejor, se cumple el sueño de crear la Fundación Zola.

Palabras de Katia Teresa Juanes

Esta Fundación nace de un sueño, de una ilusión, de la ilusión de aportar nuestro granito de arena a que la sociedad de hoy y mañana sea un poco mejor. Completamente convencidos de que ese cambio no hay otra forma de hacerlo que desde la educación, la Fundación Zola pretende facilitar herramientas a los centros educativos para que desde ahí, se pueda trabajar con el alumnado, los ciudadanos de hoy y dirigentes del mañana.

La innovación educativa es fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No está en nuestra mano cambiar el curriculum, pero sí trabajarlo con el alumnado de la mejor forma posible. El alumnado de hoy, no es el de ayer y sin duda no es el de mañana. Por eso, es tan importante estar en formación continua, con mente abierta a la innovación y a la investigación pedagógica.

Pero la Fundación Zola es consciente de que la educación va más allá de la transmisión de conocimientos y del desarrollo de determinadas competencias. La educación es también el vehículo para concienciar al alumnado de la importancia de valores como la empatía, el respeto y la solidaridad. El autoconocimiento y la gestión de nuestras emociones es el principio de nuestra forma de actuar, y como seres sociales que somos, nuestra manera de relacionarnos determinará la sociedad que vayamos construyendo.

Por todo esto y para formar parte de una transformación nace la Fundación Zola.